jueves, 14 de noviembre de 2013
Me gustaría compartir con vosotros este precioso microrelato de Juan Pedro Aparicio. Es muy bonito como condensa en tan pocas lineas toda la vida del personaje, como sin necesidad de que exista un planteamiento ni un nudo en la historia, llegas a conocer profundamente y sin adornos toda su vida. El relato es como una píldora de realidad en dos minutos de lectura. Para mi gusto, precioso.
Rememoración final.
Supo de inmediato que el paracaídas no se le abriría. Pero, debido a la mucha altura, todavía tardaría varios minutos en estrellarse contra el suelo. Era tan joven que tenía muy poco que rememorar de su vida pasada mientras se dolía por la pérdida de aquella otra que ya no iba a conocer.En su mente se produjo entonces una súbita aceleración. No tenía novia, pero conoció a una chica en la piscina y se casó con ella.
Tuvieron dos hijos. El mayor se hizo militar como él. El menor, cosa sorprendente, guionista de televisisón; y no le fue mal.Sus nietos, sólo dos, se llamaron Daniel y Adela, nombres que no tenían tradición en su familia.
Sólo sentía la pena de no vivir lo suficiente como para asitir a la boda de su nieta, aunque, por viejo, se había acostumbrado a la muerte como a un animal de compañía. Y él, cuando su cuerpo se rompió contra el suelo, ya había superado los ochenta y tres años de vida.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario